lunes, 15 de junio de 2009

El aborto y el pacto del silencio

Por: Juanita Castro Avaroma.

“Abortar no fue la decisión más fácil, probablemente fue la más difícil de toda mi vida, pero tuve que hacerlo porque no era el momento apropiado para traer a este mundo a alguien que tal vez solo venía a sufrir”. Es el testimonio de María, una mujer que optó por abortar -así como lo hacen muchas mujeres en Quillacollo- sin pensar en las secuelas psicológicas y físicas que podría sufrir o peor aun, en su propia muerte.

Su decisión es definitiva. María no percibe que podrá resultar esteril, que puede sufrir abortos espontáneos, embarazos ectópicos, trastornos menstruales, hemorragia, infecciones, shock, coma, útero perforado, peritonitis, coágulos de sangre pasajeros, fiebre, sudores fríos, llanto, suspiros, pérdida de apetito y peso, agotamiento, nerviosismo, vómitos, frigidez, muerte. Pero, por si fuera poco, los daños psicológicos pueden llevarla a impulsos suicidas, sensación de pérdida, sentimiento de luto, preocupación por la muerte, conducta autodestructiva, ira, rabia, deseo de recordar la fecha de la muerte, preocupación con la fecha o el mes en que debería haber nacido, intenso interés en los bebés, instintos maternales frustrados, deseo de acabar la relación con su pareja, pérdida de interés en el sexo, pesadillas... Su vida, tras un aborto, no será sencilla.

María, como muchas otras mujeres, se provocó el aborto. Otras irán directo al “legrado”, el método más popular y accesible para las mujeres quillacolleñas. En años pasados no se escuchaba hablar de forma tan abierta del aborto y mucho menos de los lugares a los que se podía recurrir para practicarlo; sin embargo, eso ha cambiado.

Clínicas que matan

En Quillacollo, algunas de las clínicas se han convertido en el centro de salvación de mujeres desesperadas. Y es que, como nunca, parecen haber surgido más; de diez clínicas en cuatro manzanos, tres prestan sus servicios de forma oculta y disimulada .

Bajo la justificación del “yo no hago abortos por plata, sino porque sé cuanto necesitas de mi ayuda” es que los doctores justifican los servicios que prestan a las mujeres con embarazo no deseado.

Lo primero que escucha la joven del médico es que "está mal abortar". Luego, asegura que él casi nunca efectúa abortos. Generalmente informa sobre la duración de la intervención quirúrgica y luego aclara que esperan de la paciente su absoluta discreción.

“Si me ves en la calle, no es necesario que me saludes y mucho mejor si no le comentas esto ni a tu chico, porque yo te estoy salvando y no debería salir perjudicado por hacerte este favor”, añade el doctor de una forma amenazante, a manera de asegurarse que su “secreto” continúe a salvo.

El principal requisito para poder ser sometida al aborto en estas clínicas es contar con el dinero necesario; los precios varían de acuerdo a la forma en que se vaya a anestesiar a la paciente y oscilan entre 600 y 1400 bolivianos.

Tipos de Aborto

“Se considera aborto espontáneo a la pérdida de la gestación antes de las 26 semanas, cuando el feto no está en condiciones de sobrevivir fuera del útero materno” aclara la ginecóloga Rosario Montaño.

En diferentes sitios web, existen muchas opiniones que dicen que incluso el 50 por ciento de los embarazos pueden considerarse fracasados y terminar de forma espontánea. La mayoría de los abortos espontáneos, tanto conocidos como desconocidos, tiene lugar durante las primeras 12 semanas de embarazo y, en muchos casos, no requieren de ningún tipo de intervención médica ni quirúrgica. De igual forma, la mayoría de los abortos inducidos se dan antes de las 12 semanas.

“Fumar, consumir alcohol, los traumas y el abuso en el consumo de drogas, aumentan las posibilidades de un aborto” agregó la ginecóloga. El aborto inducido, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) es el resultante de maniobras practicadas deliberadamente con ánimo de interrumpir el embarazo. Las maniobras pueden ser realizadas por la propia embarazada o por otra persona por encargo de ésta.

Se anestesia a pedido

Los tipos de aborto van de acuerdo al procedimiento, al tiempo de gestación o a la anestesia con la que se cuenta al alcance. Inclusive existe la posibilidad de que el médico de a elegir a la paciente la forma en que quiere ser anestesiada.

De las tres clínicas, una de ellas (Santa Rita) utilizaba la anestesia local, donde el costo era de 700 bolivianos y que, incluso, podía haber una “rebajita” a 500 bolivianos.

La anestesia local sólo elimina la sensibilidad dolorosa de una pequeña zona del cuerpo, generalmente la piel.

El procedimiento fue el de succión y legrado, donde el médico empieza dilatando el cuello del útero de la madre hasta que es lo suficientemente grande para insertar un conducto tipo aspiradora, y así poder arrastrar y succionar el embrión entero o por pedazos. El dolor es agudo y la mujer puede salir lesionada de su órgano vaginal debido a la manipulación que se realiza en esa zona.

“Yo tenía mucho miedo porque había escuchado que hay casos en que las mujeres son lastimadas y ya no pueden volver a tener hijos, o que era posible que no despierte de la anestesia”, comentó María.

En la segunda clínica (Los Ángeles) dijeron que generalmente aplicaban la anestesia general, la cual consiste en que la paciente se duerma profundamente durante un tiempo determinado, sin sentir ningún dolor durante el proceso, pero que también contaban con las otras formas de anestesia y que ella podía elegir la de su preferencia y mayor confianza.

La tercera (Centro Médico) -y la más preocupante por su alto índice de riesgo- usa la inyección epidural, que consiste en anestesiar la región pélvica y que se administra para insensibilizar la parte inferior del cuerpo.

Puede tener consecuencias graves como el surgimiento de un coágulo de sangre en la espalda –sobre todo en las mujeres con cáncer, diabetes, o problemas de sangrado grave- lo cual requerirá una operación para extraer tal coágulo y así evitar todavía mayores consecuencias.

¿Legal o ilegal?

En la Constitución Política de Bolivia no se habla del aborto de forma directa. La nueva CPE señala en el artículo 15: “Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes. No existe la pena de muerte”. El parágrafo II de este mismo artículo señala: “Todas las personas, en particular las mujeres tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o psicológica, tanto en la familia como en la sociedad”.

“Antes de ir a Quillacollo, mis amigas me dijeron que podía tomarme una pastilla llamada Misoprostol que ayudaría a provocarme un aborto y luego, con el sangrado, tendría que ir al Hospital Viedma a que me limpien lo que me quede del feto,” agregó María mientras recordaba las semanas previas de su aborto.

La embarazada puede provocarse un aborto a través de pastillas o inyecciones para úlcera gástrica que dan lugar a un sangrado o desgarre de la pared uterina y, luego, apersonarse a un centro u hospital de salud a cargo del Seguro Básico de Salud donde le realizarán un "raspado" o limpieza de los restos que quedaron del desmembramiento del embrión.

Este servicio sí es legal, cuesta tan solo 2 bolivianos y se lo puede encontrar en el Hospital Viedma y otros centros de salud.

A pesar de que algunos médicos ginecólogos de estos centros aseguran que están siendo coparticipes del aborto, deben y tienen que prestar este servicio ya que se trata de salvar la vida de la paciente con -probablemente- útero infectado o hemorragia de alto riesgo.

“Generalmente las jovencitas se provocan el aborto y llegan aquí diciendo que se cayeron o que cargaron demasiado peso, pero es de conocimiento de casi todos los que la atendemos que en realidad no es así” aseguró la ginecóloga obstetra del Hospital Viedma, Tania Salvatierra.

Números

Del total de casos que ingresan a los servicios médicos con abortos incompletos, resulta difícil establecer cuáles fueron provocados ya que, generalmente, las mujeres argumentan que se cayeron o que cargaron pesos excesivos.

"Lo que se sabe es que algunas mujeres realizan estas actividades con el propósito de provocarse el aborto. Otras mujeres recurren a mates y tallos que inducen el aborto", alega el experto en salud sexual y reproductiva, Edwin Subirana.

Se calcula que en Bolivia mueren alrededor de 1.000 mujeres anualmente por complicaciones de abortos y partos, y que las consecuencias más frecuentes en casi todos los casos son por hemorragias severas de las que no pueden salvar a las víctimas.

Actualmente el aborto incide mayormente en jóvenes de 14 a 25 años de edad. Sin embargo, también se da en mujeres adultas, casadas, viudas, solteras y de cualquier estrato social.

Se estima que en Bolivia aproximadamente de 27% a 35% de las muertes maternas están relacionadas con abortos realizados en condiciones de riesgo. La Sociedad de Ginecología y Obstétrica de Bolivia estima una tasa de 60 muertes por cada diez mil abortos.

Consecuencias

Los expertos aseguran que el aborto puede acarrear consecuencias tanto físicas como psicológicas y que el tener conocimiento sobre estas puede afectar de manera de definitiva la decisión de la embarazada.

Entre los principales efectos físicos se encuentra: esterilidad, abortos espontáneos, embarazos ectópicos, trastornos menstruales, hemorragia, infecciones, shock, coma, útero perforado, peritonitis, coágulos de sangre pasajeros, fiebre, sudores fríos, llanto, suspiros, pérdida de apetito y peso, agotamiento, nerviosismo, vómitos, frigidez, muerte.

Y entre los efectos psicológicos: impulsos suicidas, sensación de pérdida, sentimiento de luto, preocupación por la muerte, conducta autodestructiva, ira, rabia, deseo de recordar la fecha de la muerte, preocupación con la fecha o el mes en que debería haber nacido, intenso interés en los bebés, instintos maternales frustrados, deseo de acabar la relación con su pareja, pérdida de interés en el sexo, pesadillas.

Pero es, inclusive bajo estos riesgos, que generalmente las mujeres embarazadas, en este caso las quillacolleñas, se someten a abortos que no le garantizan ni el proceso en sí ni sus vidas, muchas veces probablemente por falta de las consecuencias mencionadas anteriormente.

Y por qué no hacerlo si el servicio ya se ofrece de modo tan abierto y destapado?
“Mis compañeras de la U dicen que abortar es como ir al dentista a sacarse una muela, lo consideran normal, y yo creo que tener la posibilidad de someterse a uno tan fácilmente genera confianza, hace pensar que esa será la solución en el caso de cometer un error como el mío”, con la cabeza abajo, es el último comentario de María.

Las clínicas en Quillacollo practican el aborto de forma ilegal y bajo condiciones de mucho riesgo; generan confianza en las jóvenes sobre el fácil acceso que se puede tener a esta práctica, a diferentes costos y procesos quirúrgicos a elección.